miércoles, 1 de agosto de 2012

El problema son los adultos

Cuando veo a los seres humanos en etapa escolar, muchas veces, siento ternura, lo cual se refleja en mis deseos frecuentes de contenerlos, acogerlos y escucharlos, hasta que queden en silencio. Me parecen personas que no presentan problemas emanados de sí mismos, muy por el contrario, por lo general sus temas de aflicción tienen punto de partida en la relación con los adultos, resultan ellos ser el problema que los atañe... ¿paradojal?...

sábado, 30 de junio de 2012

Orientación educacional

A veces me pregunto si es que la orientación educacional se enfoca a los niños o a sus padres... ya que cada vez que converso con un estudiante, de educación básica o media, me doy cuenta de que su problemática fundamental, radica en los adultos responsables con los que conviven a diario, quienes suelen estar muy ocupados como para detenerse a escucharlos y, al mismo tiempo, mirarlos, lograr esa conexión maravillosa que sólo puede darse entre los padres y sus hijos, transparente, amable, emocionante. A veces me pregunto por qué, los padres no aprovechan al máximo el regalo más hermoso que les ha brindado la vida, la posibilidad de ser padres, dedicarse a aquello como labor fundamental y crear vínculos estrechos, basados en la comunicación eficiente y un estilo de crianza embriagada de amor. ...Muchas veces me doy cuenta, con el corazón apretado, de que lo único que los hijos desean de sus padres es ser hablar y ser oídos con el alma, sin esperar que les den una solución, un consejo, una respuesta, aquello resulta ser insignificante en relación con la importancia de saber que alguien tan fundamental como el padre o la madre, está pendiente y siempre alerta a cualquiera de sus vivencias. Hoy comprendo la importancia de ser orientadora educacional y los caminos que llevan, en ocasiones, a tierras pedregosas que, tarde o temprano, dictan la dirección a seguir.

martes, 20 de marzo de 2012

Té con miel...

La educación sigue ensayando mientras diversas teorías dan vueltas en el ser y no logran concretarse, precisamente porque lo que se busca resulta no pertenecer al ámbito de la cognición, por consiguiente el humo no deja ver más allá de la propia sombra que se posa sobre la pared y parte del suelo, compañera obligada de tanta escritura, lectura, vivencia y teorización, que se escabulle entre los dedos, simplemente porque no es posible seguir pensando más...tal vez es el momento de dejar que la bibliografía cierre sus puertas para dar paso al sentimiento y llevar a cabo una revolución educacional conducente a la cultura del té con miel, verborreica, demencial, arrebatada, impulsiva, nostálgica y decepcionada.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Enfoque actual de las neurociencias en el período sensitivo del aprendizaje de los niños y su influencia en la primera infancia.

La Reforma Educacional, implementada en nuestro país, posee dos pilares fundamentales, a saber: calidad y equidad. Al hablar de calidad se refiere a que todos los niños y jóvenes de Chile estudien en escuelas, colegios o liceos en los cuales se logren los objetivos establecidos por niveles, sin excepción.
Si bien es cierto, se han producido avances en esta temática, aún queda mucho camino por recorrer, lo cual tiene que ver con diversos factores, tales como la familia de procedencia del niño, el lugar en el cual estudia, los profesores que les hacen clases, entre muchas otras –dicho sea de paso, dentro de los profesionales de nuestro país los que presentan mayor cantidad de depresión, son precisamente los docentes-.
Cuando nos referimos a los períodos sensitivos del desarrollo, nos encontramos con que en el primero de ellos, es decir, en niños de cero a seis años, es necesario hacer una subdivisión que, en palabras de (Chokler, 1994) tiene su inicio en el momento del nacimiento y termina a los tres primeros meses de vida, en el cual, los bebés desarrollan su “seguridad básica”, la cual va a depender de la relación que el neonato establezca con sus progenitores y/o adultos significativos y que, precisamente se relaciona con la seguridad que estos le dan, en la forma de tomarlo, en la manera en que se atienden sus necesidades básicas, entre otras. Posteriormente y, hasta los tres años de edad el niño comienza a descubrir el mundo, gradualmente y en la medida de sus propias posibilidades y de las posibilidades que los adultos le proporcionan, en una primera instancia al levantar y sostener la cabeza, luego al descubrir lentamente su cuerpo y los estímulos que reciba para hacerlo. Posteriormente, cuando el niño puede desplazarse por sí mismo se le abre un abanico de nuevas experiencias por descubrir y un mundo nuevo que tendrá la posibilidad de explorar en tanto se le sea permitido, dependiendo de la aprehensión de sus padres o de la libertad, basada en la seguridad que ellos le transmiten.
Desde este punto de vista, la estimulación temprana, siendo fundamental, depende de variados factores a parte de la estimulación recibida por parte de su familia, a saber: el afecto que se le entrega al niño en su familia nuclear y en extenso, además de los cercanos que conforman su círculo, el ambiente en el cual vive, si es una familia bien o mal constituida, si hay peleas, si el ambiente es hostil o se basa en el afecto y la comunicación, el nivel biopsicosocial y económico, si sus necesidades básicas se encuentran cubiertas (si duerme bien, su vivienda es apta, se alimenta adecuadamente, entre otras)
Un niño que tiene la posibilidad de desarrollar desde temprano sus habilidades motoras básicas y puede explorar en distintos escenarios, va a mostrarse más seguro frente al mundo, en cambio un niño al que constantemente se le está reprimiendo o dando signos de inseguridad e incapacidad, de manera verbal o física, va a resultar ser más inseguro y con menor desarrollo de su potencial. Por otra parte, los niños requieren motivación para aprender a relacionarse consigo mismo, con su propio cuerpo y con los demás, lo cual muchas veces se da a través de la imitación de quienes sirven de modelo, lo importante, en este sentido, es dar diversas posibilidades aprendizaje y estar atentos a las preguntas que los niños puedan realizar y brindar diversas oportunidades para potenciar al máximo sus habilidades y destrezas. Por consiguiente, la primera tarea comienza en el hogar, con una estimulación temprana que va a incidir notoriamente en su desarrollo posterior, a saber: física, intelectual y emocionalmente.
En este sentido, al llegar el momento de entrar al colegio o al jardín infantil, nos encontramos con diferencias sustanciales entre un niño y otro, algunos se despiden de sus padres sin problemas, otros lloran, hacen pataletas, entre otras. Cada uno de estos comportamientos, posee su base en la seguridad que el infante posee hasta ese momento.
Por otra parte, en el colegio o jardín de infantes, nos encontramos con diversas realidades ante las cuales el niño debe adaptarse y que escapan de lo que hasta entonces era su rutina en el hogar. Esta adaptación va a depender de la actitud de la familia y del comportamiento de la (s) educadora (s). Por ejemplo, si el niño llora el primer día de clases y la educadora lo reta, no es lo mismo que si lo contiene y, en la realidad de nuestro sistema escolar nos encontramos con ambos escenarios y un abanico de comportamientos docentes que estimulan o inhiben al infante, lo motivan o desmotivan, los hace sentirse queridos o no, capaces o incapaces, seguros o inseguros.
En este contexto, nos encontramos con docentes que no saben redactar un objetivo o que no saben planificar, situación de la que me he percatado supervisando prácticas finales de la carrera de psicopedagogía y técnicos en educación especial y diferencial, por consiguiente, muchas veces sólo se les da a los niños como trabajo, diversas actividades sin sentido pero que, sin embargo, sirven para dejar pasar la jornada de clases y que los niños se encuentren entretenidos. Por otra parte, las actividades se encuentran mal planteadas, ya que básicamente, éstas no pueden ser tan difíciles como para que el alumno no pueda concretarlas y por tanto se frustre, ni tan fáciles como para que se aburra, el desconocimiento de este aspecto se basa en la falta de una eficiente y efectiva evaluación diagnostica, al iniciar el proceso y, formativa, para que el docente se percate de las falencias existentes en el proceso de enseñanza-aprendizaje, para así poder tomar acciones remediales y aplicar la retroalimentación correspondiente. He visualizado también, la falta de hábitos y normativas, en donde los niños no saben autodominarse porque no se les enseña a hacerlo, cada uno hace lo que quiere, mientras el profesor (a) permanece sentado (a) en su escritorio, e incluso en cuanto a las actividades, el que quiere realizarlas lo hace y el que no, simplemente se dedica a molestar a sus compañeros. Lo cual resulta ser gravísimo, ya que un educador (a) debe saber que durante los primeros tres años de edad, no hay tiempo que perder, ya que los estímulos adecuados que reciba el infante son fundamentales para el desarrollo de su inteligencia y personalidad.
Desde otro ángulo, nos encontramos con colegios y jardines infantiles que funcionan perfectamente y que son pioneros en la innovación y búsqueda de técnicas atingentes al grupo curso, con una mirada personalizada de cada uno de los alumnos, con un clima en el aula que facilita el aprendizaje, en donde hay normas claras pero dadas dentro de un marco de amor y respeto, en las que los niños logran aprender a autocontrolarse no por miedo, sino porque en el aula hay una disciplina y un orden que se practica, los cuales se convierten en hábitos que se adquieren en base al amor y a la coherencia por parte de los docentes en el discurso y en la práctica.
Lo anteriormente expuesto, muestra las dos caras de la moneda de la educación en nuestro país, es importante resaltar que también existen puntos intermedios en los cuales los alumnos reciben afecto pero no educación de calidad y viceversa. Sin embargo, el amor, la motivación y la autoestima de los alumnos son fundamentales para poder desarrollar sus potenciales al máximo. La primera infancia es una etapa en la que los niños deben aprender a auto controlarse y a ser autónomos, en pro de la adquisición de hábitos de orden y disciplina que serán de suma importancia para encontrarse en condiciones de enfrentarse con buenos cimientos para los siguientes períodos su desarrollo.
En este sentido, es oportuno considerar lo que sostiene (Langford y Opazo, 2010), en torno a que los niños deben obedecer a sus padres sin cuestionamientos porque son precisamente ellos quienes más los quieren en el mundo y siempre van a buscar hacer lo mejor para ellos. Lo cual puede llegar a tener mucha similitud con la relación profesor alumno, ya que si el educando se siente querido por su profesor, tendrá la conciencia de que lo que él le solicita o propone es por su bien.
En el contexto de las funciones psiconeurológicas, su desarrollo es fundamental para el desarrollo humano, es por ello que es necesario que los profesores sepan aplicar la teoría, aprendida en la Universidad, con sus alumnos, con el fin de desarrollar al máximo sus potenciales, estimulando sus destrezas y habilidades, reforzándolos de manera positiva, dándoles la posibilidad de intentarlo hasta lograr el objetivo propuesto y logrando, de paso, que el niño se sienta capaz, con lo cual reafirma su autoestima positiva, lo cual es fundamental para un desarrollo integral de la persona. Por otra parte el docente tiene la misión de actualizar sus conocimientos constantemente, investigar, reflexionar en torno a los procesos de enseñanza-aprendizaje, lo cual hoy, se encuentra al alcance de todo el mundo gracias a internet, que resulta ser una herramienta en la cual se encuentra cualquier temática que el usuario busque, dicho de otra forma, es una verdadera biblioteca.
Otro de los ámbitos que los (as) educadores (as) deben tener en cuenta es el simple hecho de observar a los niños en su individualidad y como se relacionan en conjunto, con el fin de pesquisar en la edad temprana si es que existe algún educando que presente problemas como para poder ayudarlo por medio de una educación personalizada o derivándolo a otro especialista. Sin embargo, en ocasiones esto no se realiza y cuando alguien se da cuenta de que un infante posee problemas, ya se ha perdido tiempo valiosísimo para tomar acciones remediales.
Sin lugar a dudas la estimulación temprana juega un rol fundamental en la primera infancia, sobretodo en lo referente a al desarrollo de las funciones psiconeurológicas que, finalmente, son las que decidirán el futuro de cada uno de los escolares de nuestro país, y no me refiero sólo al área de los procesos de enseñanza aprendizaje de la lecto-escritura, cálculo o percepción de la memoria, sino al desarrollo integral de las personas, como seres únicos e irrepetibles, susceptibles de ser potenciados al máximo con el fin de lograr desarrollar buenas personas y, fundamentalmente, felices.
Bibliografía:
• Chokler, M. (1994). Los organizadores del desarrollo psicomotor. Buenos Aires: Ediciones Cinco.
• Langford, S. y Opazo, P. (2010). De regreso a la armonía. Santiago: Editorial M y N.

La importancia del desarrollo de las funciones psiconeurológicas básicas y su relación con los estilos de aprendizaje y procesos cognitivos.

Como ya es sabido, la primera instancia de aprendizaje se da dentro del núcleo familiar y familia en extenso, a través del sentido kinestésico, siendo, en palabras de Chokler (1994) fundamentales los tres primeros meses de vida, ya que es en este lapso de tiempo, es en el cual, el neonato conforma su seguridad básica. Por otra parte, la estimulación puede darse a través de cánticos, objetos llamativos con diversas texturas, colores y sonidos, entre otras.
Más adelante, la exploración del niño debe ser propiciada y estimulada, con el fin de lograr abrir las puertas mágicas del conocimiento de un mundo que hasta ese entonces se muestra novedoso, llamativo, ante lo cual la búsqueda del conocimiento a través de los sentidos, se torna fundamental para su desarrollo. El niño comienza a desarrollar sus habilidades motoras básicas, a saber: caminar, gatear, correr, saltar, rodar, trepar, entre otras, por lo cual es importante que su aprendizaje sea en torno a la experiencia vivida, en el hogar, paseos, etc., lo cual puede darse solo o en compañía de otros niños y su familia. Sin embargo, en muchas familias existen carencias económicas y biopsicosociales que impiden esta correcta estimulación.
En este sentido, cuando llega el momento de enfrentarse a la educación formal, las funciones psiconeurológicas ya se encuentran potenciadas en mayor o menor medida, dependiendo de la familia de origen, a través de las posibilidades que el niño ha tenido de ensayar sus destrezas y habilidades. En la educación formal, es fundamental que la (s) educadoras conozcan cabalmente el tema de las funciones psiconeurológicas, ya que de esta manera podrán potenciar el estilo de aprendizaje que prima en cada uno de sus educandos, sabiendo cual es el modo en que deben operar y, por consiguiente, pasar de la teoría a la práctica. Por otra parte, estos conocimientos les permiten pesquisar si es que algún niño presenta dificultades en su desarrollo a una edad temprana y estimular y/o derivar al infante con otro (s) especialista (s) en el caso que se requiera. En este contexto, la evaluación juega un rol fundamental, en primera instancia la evaluación diagnóstica y luego el seguimiento de cada uno de los educandos, el cual puede llevarse a cabo a modo de pautas de cotejo, observación directa y registro anecdótico, además de pruebas estandarizadas y adaptadas a la realidad del grupo curso. Desgraciadamente, en la práctica, me he encontrado con docentes que sólo se ocupan del grupo curso, que desconocen teorías básicas y para el desarrollo de los potenciales de sus alumnos y, fundamentalmente, que su práctica educativa no posee un buen clima de enseñanza-aprendizaje, lo cual se ve reflejado en la forma de relacionarse con sus educandos, básicamente, carente de amor.
Desde otro punto de vista, la Teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner (1995, p.33) logra, en palabras del autor “pluralizar el concepto tradicional” de inteligencia ya que esta es definida como “la habilidad necesaria para resolver problemas o para elaborar productos que son de importancia en un contexto cultural o en una comunidad determinada”. Desde mi punto de vista, es a aquello a lo que debe apuntar el desarrollo de las funciones psiconeurológicas, ya que aquí no existe la exclusión de los educandos, de esta manera, a un niño que presenta discapacidad intelectual puede aprender un oficio acorde a sus habilidades y destrezas que le permita ganarse la vida, por ejemplo. Recordemos que Gardner, plantea que los distintos tipos de inteligencia se dan de manera variada, ante lo cual una persona con su inteligencia lógico matemática disminuida, puede poseer una inteligencia sonora-musical excepcional.
Finalmente, el desarrollo de las funciones psiconeurológicas, poseen una importancia vital, por una parte, porque desarrolla los potenciales de una persona para enfrentarse a la educación formal (lecto-escritura, cálculo, memoria, entre otras) y, por otra, porque desarrolla a la persona como tal, en palabras de Gardner, su inteligencia intra e inter personal, lo cual resultan ser fundamental si es que queremos formar individuos integrales.
Bibliografía:
• Chokler, M. (1994). Los organizadores del desarrollo psicomotor. Buenos Aires: Ediciones Cinco.
• Gardner, H. (1995). Inteligencias Múltiples, la teoría en la práctica. Barcelona: Paidós

martes, 6 de septiembre de 2011

Análisis crítico y reflexivo sobre las teorías y enfoques de las dificultades en el aprendizaje escolar.

Las dificultades escolares en el aprendizaje, representan un problema frecuente para muchos educadores, padres y alumnos (as), ya que estos últimos no logran el rendimiento esperado, lo cual implica que muchas de las expectativas puestas sobre él (ella) no se cumplen, por una parte y, por otra, afecta su autoestima positiva al ver que su proceso de enseñanza aprendizaje es dispar en relación con sus compañeros de curso. En este contexto, muchas familias deciden recurrir a la ayuda de variados especialistas con la esperanza de que serán ellos los que logren solucionar todos los problemas que lo aquejan.
Como consecuencia de lo anteriormente expuesto, las escuelas han debido ampliar la gama de recursos humanos con el fin de crear un grupo multidisciplinario que brinden una atención integral a aquellas personas que presenten dificultades en el aprendizaje y/o socioculturales y emocionales, entre otros. Sin embargo, este esfuerzo resulta ser insuficiente, ya que no en todos los centros educacionales se cuenta con los profesionales necesarios para brindar una atención efectiva a los alumnos con necesidades educativas especiales.
En el desarrollo de este ensayo se explicará qué son las necesidades educativas especiales y las dificultades del aprendizaje escolar, cuáles son sus causas y de qué manera se puede brindar una atención que potencie a las personas que las poseen.
El término necesidades educativas especiales, según expresa Godoy (2004), hace alusión a niños, jóvenes y adultos que requieren una atención educativa especial en su proceso de enseñanza aprendizaje, en alguno de los siguientes ámbitos, a saber:
• Utilización de medios especiales para acceder al currículo como equipamientos adaptados, modificación de espacios físicos o recursos de enseñanza aprendizaje especializados.
• Modificación o adaptación del currículo.
• Atención personalizada al clima emocional en el cual se lleve a cabo el proceso de enseñanza aprendizaje.

Es fundamental que las necesidades educativas especiales sean tomadas en cuenta si es que el sistema educacional quiere poner de relieve el respeto a la diversidad y garantizar una educación inclusiva, con un espacio para cada uno de los actores protagónicos… los educandos, lo cual incluye, a su vez, tener presente que dentro de las necesidades educativas especiales existen quienes presentan dificultades en el aprendizaje, ya que no es suficiente constatar que hay alumnos con bajo rendimiento escolar, en este sentido Bravo (2002) asevera que no basta sólo con diagnosticar un “trastorno específico”, sino que esta realidad es inseparable del contexto aula en la cual se presentan, pese a que existen excepciones diagnósticas que escapan a este espacio físico en el cual se lleva a cabo el proceso de enseñanza aprendizaje. En este contexto cabe mencionar que el autor distingue dos grandes tendencias para las dificultades de aprendizaje, a saber: el enfoque clínico (define el concepto y permite la diferenciación de otras alteración que también pueden interferir en el rendimiento académico de un niño, sin embargo, este enfoque tendió a clasificar a todos los educandos como casos clínicos que debían ser atendidos fuera del aula, lo cual implica una segregación frente a los pares del aula) y el abocado a subsanar deficiencias en el sistema escolar (en cuanto a la formación y calidad de los docentes, métodos de enseñanza, equipamiento de las escuelas, entre otras).
En este ámbito, es oportuno considerar la definición a la que alude el autor (Heward, 2004, p.140) cuando cita que “la discapacidad específica del aprendizaje se refiere a un trastorno de uno o más de los procesos psicológicos básicos que intervienen en la comprensión o el uso del lenguaje hablado o escrito, y que puede manifestarse por una capacidad imperfecta para escuchar, pensar, hablar, leer, escribir, para la ortografía o los cálculos aritméticos. Este término incluye trastornos como las minusvalías perceptivas, las lesiones cerebrales, los trastornos cerebrales mínimos, la dislexia y la afasia del desarrollo. No incluye a los niños con problemas que derivan principalmente de discapacidades visuales, auditivas o motoras, del retraso mental o de desventajas ambientales, culturales o económicas. (Oficina de Educación de los EEUU, 1977b, p. 65083).”
Es necesario destacar que existe un grupo de alumnos que posee dificultades para seguir el ritmo promedio de sus pares, según manifiesta Bravo (2002), sin embargo no poseen trastornos del aprendizaje, discapacidad intelectual ni alteraciones en su desarrollo, sin embargo poseen un ritmo de aprendizaje más lento que el resto de sus compañeros, muchos de ellos realizan lentamente sus tareas y las concluyen de la misma manera, lo cual los lleva a que, pese a tener la capacidad de lograr el objetivo propuesto por el docente, son mal evaluados, muchas veces, porque no les alcanza el tiempo para desarrollar sus pruebas o trabajos, estos niños (as) son tildados equivocadamente de “limítrofes”.
En las escuelas municipalizadas y particulares subvencionadas, el número de alumnos es alto, lo cual dificulta el trabajo de los docentes sin pensar en que existen niños que requieren un apoyo especial. Si a lo anterior le sumamos que debe prestar una atención individualizada a algunos educandos y así respetar la diversidad de sus requerimientos personales y, suponiendo que existe un proyecto de integración, por consiguiente una ayuda anexa, no resulta impensable que esto no resulta ser suficiente si nos basamos en el cumplimiento de uno de los pilares fundamentales de la Reforma Educacional chilena, me refiero a la calidad.
En gran parte de los casos de trastornos del aprendizaje, se desconocen sus causas exactas, según mi experiencia, los especialistas no diagnostican hasta después de los ocho años de edad y si es que la causa es prácticamente obvia, pese a esto, se han propuesto, según señala Heward (2004) tres categorías principales, a saber:
• Las lesiones cerebrales: Estas se deben a lesiones acaecidas antes del nacimiento, durante o después del mismo y representan el 20% de los casos de trastornos del aprendizaje.
• Las alteraciones bioquímicas: Son desequilibrios bioquímicos, ante los cuales hay variadas hipótesis de probables causales, entre otras, las dietas alimenticias, los aromatizantes sintéticos.
• Los factores ambientales: Que se resumen en tres tipos que se relacionan con los trastornos del aprendizaje, a saber: las alteraciones emocionales, la falta de motivación y una educación insuficiente.

En cuanto a las estrategias de intervención, estas resultan ser múltiples y muy variadas, ya que las dificultades de aprendizaje poseen diversas causas, por lo cual existe una multiplicidad de factores que intervienen en el rendimiento escolar de un alumno (a) que las presente.
Según manifiesta Bravo (2002), el primer nivel de intervención debe ser enfocado en el niño que fracasa en el proceso de enseñanza aprendizaje una y otra vez al no poder lograr las los objetivos que les son propuestos. En segundo lugar, se encuentra la escuela con las características que la conforman como institución educativa, luego el ambiente familiar del cual provienen los niños y que proporciona las vivencias e interacciones que son propias de cada núcleo y, finalmente, la subcultura en la cual se encuentra inmersa su familia y colegio.
Lo expresado recientemente, surge ya que el mundo de niño se mueve, fundamentalmente, entre la escuela y su núcleo familiar, por lo cual las influencias que recibe en el ámbito psicológico y sociológico son suceptibles de ser modificadas a través de la asimilación y transformación conductual y cognitiva.
La intervención, según expresa Bravo (2002) se traduce en un trabajo de:
• Diagnóstico: Es un proceso que se lleva a cabo por un grupo multidisciplinario de profesionales, quienes intentaran determinar las causas de las dificultades de aprendizaje.
• Prevención: Se basa en una “anticipación” en relación con las posibles dificultades que pudiesen surgir en el proceso de enseñanza aprendizaje.
• Rehabilitación: Está dirigida a cambiar las funciones psicológicas que se encuentren con déficit y propender a la integración del niño (a) al sistema educacional común.
Existen variadas teorías para dar una respuesta a las causas de los trastornos del aprendizaje dependiendo del autor al cual se cite, sin embargo luego de revisar las visiones expuestas en los apuntes referentes al capítulo II y consultar diversas fuentes, llego a la conclusión de que cada una posee valor en sí misma, e incluso algunas se pueden complementar con otras.
Más allá de las teorías y volviendo al tema de la docencia, en la práctica nos encontramos con que en nuestro país, el 73% de los docentes son mujeres y la edad promedio es de 48,2 años, a la mayoría de los profesores les gusta su trabajo y sólo el 23% cambiaría su decisión si pudiese elegir de nuevo, los profesores representan al grupo de profesionales que más se perfecciona a nivel nacional, sin embargo muy pocos han realizado post-títulos y menos aun, logran obtener el grado de magíster y doctorado, sólo el 19% de los profesores municipalizados declara tener suficiente tiempo para preparar clases, el 24% para preocuparse de los alumnos que requieren ayuda, según manifiesta Bravo (2005). Según lo anteriormente expuesto, hay cifras preocupantes como lo es la falta de tiempo de preparación de clases, la vocación, la carencia de perfeccionamiento, entre otras. En este contexto, ¿se podrá poner atención a las necesidades educativas individuales?. Probablemente en un colegio particular pagado sí, ya que cuenta con un grupo multidisciplinario de profesionales, pero, ¿y el resto de los colegios y escuelas de nuestro país?.
Un alumno con dificultades en el aprendizaje, requiere de una atención personalizada, planificada y evaluada según sus necesidades individuales, necesita un docente preparado, con una actitud positiva frente a la educación, innovador, paciente, motivador, que retroalimente constantemente, respetoso, que cree un clima positivo en el aula; en este escenario, es necesario recordar que en el año 1994 se promulga la ley 19.284, cuyo “objetivo es establecer la forma y condiciones que permitan obtener la plena integración de las personas con discapacidad en la sociedad y velar por el pleno ejercicio de la Constitución y las leyes vigentes para todas las personas.” Por lo cual, resulta ser anticonstitucional que los alumnos con capacidades diferentes no tengan una educación eficiente.
Probablemente, la visión que se presenta a cerca de la realidad actual de la educación sea parezca un tanto crítica, sin embargo mi experiencia en escuelas de educación especial y en educación superior, me lleva a la conclusión de que aún queda un largo camino por recorrer si queremos brindar una atención de calidad a nuestros alumnos, sobretodo en cuanto a los profesionales relacionados con esta área.

Bibliografía:

• Bravo, D. y otros (2005). Encuesta longitudinal de docentes 2005. Departamento de economía. Universidad de Chile.
• Bravo, L. (2002). Psicología de las dificultades de aprendizaje escolar. Santiago: Editorial Universitaria.
• Castanedo, C. (2001). Bases psicopedagógicas de la educación especial: evaluación e intervención. Madrid: Editorial CCS.
• Godoy, M., Meza, M., Salazar, A. (2004). Programa de Educación Especial. Ministerio de Educación. Santiago.
• Heward, W. (2004). Niños excepcionales: Una introducción a la educación especial. Madrid: Pearson Educación S.A.
• Santiago. Ministerio de Educación. (2005). Nueva perspectiva y visión de la educación especial.

NEEs: La intervención desde la Teoría de la Modificabilidad Cognitiva Estructural

Reuven Feuerstein fue un psicólogo y filósofo (1920) que, dedicó su vida a encontrar una vía de intervención eficiente con las personas discapacitadas intelectualmente, en este contexto, Castanedo (2001, p.106) sostuvo que Feuerstein “crea un novedoso enfoque cognitivo-experimental de evaluación-intervención de personas con Retraso Mental que se aplica en aulas de integración a los alumnos discapacitados mentales leves y pseudodeficientes”. Esta evaluación (EDPA) da la posibilidad de conocer la capacidad cognitiva de una persona sin la utilización de test psicométricos de inteligencia habitualmente aplicados como es el caso de del test de Stanford-Binet, el cual sirve para medir coeficiente intelectual y en la actualidad se aplica en nuestros país, dando puntuaciones que clasifican a la persona evaluada según se demuestra en el cuadro que da a conocer la Organización Mundial de la Salud (2001) y que a continuación se presenta:

COEFICIENTE RANGO
110 a 91 Inteligencia Normal
90 a 80 Normal Lento
79 a 76 Limítrofe Superior
75 a 70 Limítrofe Inferior
69 a 55 Deficiencia Mental Leve
54 a 40 Deficiencia Mental Moderada
39 y menos Deficiencia Mental Severa

En este contexto, en nuestro país, los niños son enviados a escuelas especiales o grupos de integración en escuelas “tradicionales”, si es que el puntaje obtenido en el test de Binet, así lo indica.
Feuerstein, en cambio, concibe al ser humano como un sistema abierto, susceptible de ser modificado, sin importar cual sea su requerimiento, define la inteligencia como no cuantificable, sino variable, dependiente de la construcción propia del individuo. La inteligencia del ser humano resulta tener una extraordinaria capacidad de modificabilidad, plasticidad y diversificación, dependiendo de la circunstancia ante la cual se vea expuesta, según lo expuesto en la Unidad II del módulo en ejecución.
Propone, según lo expresado por Condemarín (2006), una descripción de las deficiencias cognitivas clasificadas en la fase de entrada, una elaboración y posterior fase de salida del acto mental interiorización de la información recibida. El conocimiento, por parte del docente, de cada una de estas funciones, da la posibilidad de efectuar una evaluación cualitativa que facilita la intervención con el alumno (a) en base a la toma de conciencia de las necesidades educativas existentes para superar estas falencias.
Según el planteamiento de Feuerstein existirían dos fuentes de cambio, a saber:
• Exposición directa a la estimulación: Comprende la exposición directa a estímulos (situación) el cual requiere de un cambio en el comportamiento para poder adaptarse a él. Posteriormente, se suscita otra situación en la que nuevamente se requiera de adaptación.
• Experiencia de aprendizaje mediado (EAM): Implica la interacción entre los humanos y el entorno, existe un mediador (humano) que se interpone entre el receptor y el estímulo. El efecto es la creación de receptores que propenden a actitudes que se benefician de la exposición directa a los estímulos.

El aprendizaje mediado requiere de características particulares en el equipo multidisciplinario que va a llevarlo a la práctica, sobretodo por parte de los docentes y técnicos de la educación, en este sentido, cabe destacar que en nuestro país, el 73% de los docentes son mujeres y la edad promedio es de 48,2 años, a la mayoría de los profesores les gusta su trabajo y sólo el 23% cambiaría su decisión si pudiese elegir de nuevo, los profesores representan al grupo de profesionales que más se perfecciona a nivel nacional, sin embargo muy pocos han realizado post-títulos y menos aun, logran obtener el grado de magíster y doctorado, sólo el 19% de los profesores municipalizados declara tener suficiente tiempo para preparar clases, el 24% para preocuparse de los alumnos que requieren ayuda, según manifiesta Bravo (2005). En este contexto, me pregunto si es que es posible llevar a cabo los criterios básicos de mediación planteados por Feuerstein, a saber: intencional, significado y trascendencia, ya que pudiese existir reticencia a los cambios, falta de tiempo para estudiar y aplicar los tests, carencia de preparación, falta actualización, sobretodo, ganas de llevar a cabo un cambio, entre otras. Es necesario tomar en cuenta que, según mi experiencia, en escuelas especiales que se rigen por el decreto 87, para la discapacidad mental, cada aula posee 15 alumnos, a veces más, las planificaciones son particulares, a lo más, se puede utilizar en dos o tres educandos, por otra parte, muchas veces las familias se desligan de los alumnos (as) por diversos factores, ante lo cual la escuela resulta ser el único apoyo educativo. En este contexto, es válido recordar que es el mediador, por lo general un docente, es quien crea las oportunidades para que el niño elija qué es lo que desea aprender, por lo cual, juega un papel preponderante en este sistema, lo cual cobra gran relevancia, puesto que lo importante es, precisamente, darle valores para que a partir de ellos, el educando pueda crear sus propios valores y sus propios significados.
Pienso que el aprendizaje mediado es una buena alternativa de evaluación y aprendizaje, sin embargo creo que para su puesta en marcha, en nuestro país, sería necesario cambiar el sistema educacional, teniendo como punto de partida la erradicación del test de Binet para “categorizar” a las personas según su puntaje obtenido en un test psicométrico. En este sentido, un punto puede hacer la diferencia entre el tipo de establecimiento educacional al que deba asistir un niño, lo cual puede implicar una diferencia radical en su vida. Lamentablemente, todo lo relativo a educación especial, resulta ser dejado de lado, a modo de ejemplo, puedo aseverar que los textos del gobierno que llegan a las escuelas especiales, son para alumnos pertenecientes a enseñanza básica, por lo cual es necesario adaptarlos, existen proyectos concursables a los cuales no se puede postular como E.E., entre muchas otras situaciones en las que queda de manifiesto que la educaci
La propuesta de Feuerstein, a mi juicio, posee una relevancia fundamental en tanto toma al ser humano en su globalidad, con la finalidad de favorecer procesos del pensamiento que no sólo se pueden poner en práctica en la sala de clases, sino también en la vida cotidiana, al realizar actividades ordinarias dentro de la vida familiar y social, lo cual representa variadas oportunidades de desarrollar las potencialidades individuales. Por otra parte, pese a que su planteamiento se basa en el desarrollo cognitivo y no en el psicológico u emocional, considera que la sociedad sufre cambios y que los niños no van a lograr ser felices si es que no logran adaptarse a estos cambios. En otras palabras, comprende que el ámbito emocional, es importante para el desarrollo cognitivo del ser humano.

Bibliografía:
•Bravo, D. y otros (2005). Encuesta longitudinal de docentes 2005. Departamento de economía. Universidad de Chile.
•Castanedo, C. (2001). Bases psicopedagógicas de la educación especial. Madrid: Editorial CCS.
•Condemarín, M., Chadwick, M., Milicic, N. (2006). Madurez Escolar. Santiago: Editorial Andrés Bello.